Todos tenemos el mismo cielo en común...

Debajo de aquel arco al que llamamos cielo, nuestras cabezas no suelen mirar, no suelen percatarse de la bóveda. que nos cubre de quizas un infinito...
un mas alla.

Pocos son los que alzan las cabezas y invierten un poco de su tiempo dislumbrando, los cambios de tonalidades, el movimiento de las nubes, las formas imaginarias.

¿De que color es el cielo, del color que nos imponen nuestros ojos defectuosos atados a las cadenas de nuestra mortalidad?

Ignoremos semejantes estudios que separan el cielo en extratosfera y tantas otras denominaciones, nuestras manos no palparan jamas aquella diferencia de densidad, al menos de un modo natural

Si todos estamos bajo el mismo cielo, la razón de no observarlo y inventarles nuestras aristas, imponerles nuestros criterios, nuestros fines...
se deba paradojicamente a nuestra propia humanidad, aquella humanidad que nos hace tomar aquellos conceptos que por naturaleza son puros....
y desvirtuarlos, de tanto manosearlos

quitarle todo lo magico a la fantasia, todo lo maravilloso a aquello en lo cual lo empirico no lo puede probar, a quitarnos aquel fatidico objeto que llaman reloj, que nos señala la cuenta regresiva de nuestras muerte y horarios preestablecidos de la muñeca, a liberarnos de esos aparatitos que nos unen en situaciones de comunicación, rompamos lazos, juntemonos por el mero instinto, seamos mas animales, impetuosos, que nuestras manos al siemple roze, nos una para siempre

dejemos atras todos esas cosas artificiosas al ser aunque sea algun momento, y salgamos a la calle, a saltar, gritar, disfrutar y admirar el cielo....reunamos manos para alcanzar el cielo y traerlo a nuestras narizes, sin obligarlos sino tan solo motivandolos, aunque seamos pocos....que asi sea.

Hasta que nos caiga encima